martes, 29 de mayo de 2007

S&B contra el tráfico de conceptos

La guerra entre las ciencias exactas y humanidades en el fin de siglo: el "escandalo" Sokal y una propuesta pacificadora
(Antonio Arellano)

Marla Reyes Domínguez
En el inicio de este articulo, Arellano hace mención acerca de lo que ocasionó todo éste escandalo y por consecuencia, ésta "guerra de ciencias": Sokal publica un articulo en la revista Social Text, el cual estaba lleno de absurdos. Ésto solo fue una "travesura", tan solo para dejar bien clara la falta de rigor en los estudios científicos, lo fácil que era publicar en una revista de ciencias sociales textos ilógicos desde el punto de vista cientifico y su coraje por la influencia del posmodernismo. Más tarde publica junto con un físico teórico belga llamado Jean Bricmont, el libro Impostures Intellectuelles, cuyo objetivo es atraer la atención del publico sobre las características de la impostura científica.
Para S&B impostura científica cuenta con algunas de estas características:
1) Hablar abundantemente de teorías científicas de las cuales se tienen ideas muy vagas
2) importar nociones de las ciencias exactas en las humanas sin la menor justificación empírica o conceptual
3) Lanzar palabras eruditas a la cabeza del lector en un contexto donde ellas no tienen ningún sentido.
4) Dedicarse al juego de palabras y a la manipulación de frases.
S&B han caracterizado como los dos mayores males de la actual ciencia americana a la impostura científica y el relativismo epistémico, pero aquí me centraré en el primero.
Sokal y Bricmont se imaginan a los filósofos posestructuralistas jugando a la impostura cientifica, sin poder concebir siquiera que los filósofos se enfrenten l tratamiento de las referencias y significados de los conceptos científicos, tratando de adaptarlos a pensamientos diferentes a los imaginados por ellos; e ignoran sus argumentaciones y consideraciones sobre el empleo del lenguaje científico en filosofía.
Sin embargo, el affaire Sokal ha mostrado muchos ejemplos en los cuales los autores acusados de impostura en realidad se han valido del carácter polisémico de los conceptos y de la posibilidad de utilizarlos en diversos campos, así que es sumamente importante analizar y explorar la aparente legitimidad de los reclamos por parte de Sokal contra el uso de términos científicos por otras ramas del conocimiento.
Y ésto nos lleva a pensar: ¿que sucede con aquellos términos científicos basados en la cultura general y en la religión? ¿no esa utilización de términos también debería ser atacada?
Como bien menciona Arellano, éstas cuestiones no merecen ser reflexionadas,viéndolo desde los ojos de un científico.
De hecho, desde el punto de vista de S&B, los conceptos científicos se dar gracias a golpes individuales de ingenio basándose en la realidad, y que su significado debe ser constante e inmune a las interpretaciones y a la participación de la sociedad (yo lo entiendo como un concepto que debe ser puramente científico).
Y para finalizar, el tráfico de conceptos y su reformulación para por la prueba de su pertenencia a juicio de los interlocutores y de su eficacia instrumental.

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